I-
Si un individuo ajeno a nuestra sociedad, desprevenido y un tanto ingenuo, leyera nuestra constitución o navegara por los sitios web del gobierno (y sus “colectoras”), afirmaría sin titubeos que los pueblos originarios viven felices y en armonía, con pleno derecho a sus territorios ancestrales, hablando y perpetuando su lengua, brindando el esplendor de su cultura. Afirmaría que nuestra Constitución Nacional es la panacea de los derechos de las naciones indígenas.
II-
El rostro sonriente de una muchacha indígena endulza la folletería y gráfica oficial del Ministerio de Educación, de las casas de las provincias, centros “culturales” y también de otros lugares de encuentro progre y militante decorados con whipalas. El individuo ingenuo, debería saber que la realidad concreta no es una fotografía, y menos la de una sonrisa, sino una película. No una de esas que pasan por el Canal “Encuentro”, donde se vuelve a reforzar la idea de que los originarios son seres meramente sonrientes y que debemos agradecer el poder disfrutar de una país pluricultural y generoso. En definitiva, esos documentales documentan lo que les conviene, haciendo pasar por verdad una edición de la realidad, donde los elementos centrales para cualquier abordaje serio son desechados. La vida social es una película sin principio ni fin, y no una sucesión de fotografías estáticas. Solo el pensamiento vulgar puede confundir una con otra. Y si de pensamiento vulgar hablamos, lo hay a montones entre los funcionarios del Ministerio de Educación. Pero pecaríamos de indulgentes si solo apreciáramos ese aspecto. La “vulgaridad” podría esconder y diluir el verdadero carácter de sus documentales en particular, y de su pensamiento en general, el carácter burgués e intencionado de todas sus producciones. Nos negamos a hacerles ese favor. Queremos ver si se animan a añadir a esas construcciones fílmicas y a la historia deformada que han erigido sobre los pueblos originarios, el cuerpo de Roberto López yaciendo en el asfalto, el rostro de su compañera e hijos llorando, los mutuos halagos entre el asesino Gildo Insfrán y la no menos asesina Cristina Kirchner. No dejarían de ser burgueses de hacerlo, pero si un poco menos vulgares.
III-
La ilusión de los sujetos bienintencionados se desplomaría con una recorrida por las comunidades del Chaco profundo. La respuesta para las causas de tanta miseria la encontrará entre los miserables terratenientes, que acumulan tierra como se acumulan porotos, y gobernadores del PJ y la UCR que administran junto a un grupo de no menos miserables pero “honorables” diputados y concejales los negocios de los propietarios y el hambre del pueblo. Todo esto es producto de un proceso histórico que los ingenuos deberían recorrer para entender porque la burguesía por un lado plasma en la constitución una serie de derechos, reconoce la bilinguidad y multiculturalidad y refrenda festividades pero a su vez desaloja, procesa, encarcela y asesina originarios que pelean por su territorio.
IV-
Primero las formalidades. A partir de la década de 1990 se reconocen una serie de derechos de los pueblos indígenas, entre ellos el derecho a la propiedad y posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan, al reconocimiento de la personalidad de sus comunidades y a la participación en la gestión de sus recursos naturales. Este proceso se inició a partir de la reforma constitucional de 1994 y la ratificación del Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la OIT, en el año 2000. En el año 2006 el Congreso promulgó la ley de Emergencia sobre Posesión y Propiedad de las Tierras Comunitarias Indígenas cuyo objetivo era el de suspender la ejecución de sentencias y actos de desalojo por un lapso de tiempo de cuatro años para realizar una titulación de las tierras indígenas que antes hubiesen sido inscritas como particulares.
Ahora lo concreto. Sería imposible desarrollar en este artículo las numerosas formas en que sea han vulnerado y violado los derechos arriba mencionados. Derechos conquistados que aunque insuficientes para satisfacer las legítimas demandas históricas, sirven de base para seguir luchando. Por lo tanto solo brindaremos una mirada parcial de un asunto verdaderamente complejo donde territorio, cosmovisión y cultura constituyen elementos indisociables. Empecemos señalando algo obvio, los derechos indígenas son producto de la lucha y de no ser por ella no existirían. Y esta lucha abre otra lucha, aquella que trata de garantizar el efectivo cumplimiento de la concesión que nos hizo la burguesía. La ley y su aplicabilidad, en definitiva son un proceso dinámico signado por el resultado de la lucha entre clases sociales antagónicas. A través de la historia triunfos parciales de la clase obrera, pueblos originarios y sectores oprimidos han obligado a los poderosos a reconocer una serie de derechos que en algunos casos cuestionan directamente intereses capitalistas, aunque nunca al sistema como tal.
Ahora lo concreto. Sería imposible desarrollar en este artículo las numerosas formas en que sea han vulnerado y violado los derechos arriba mencionados. Derechos conquistados que aunque insuficientes para satisfacer las legítimas demandas históricas, sirven de base para seguir luchando. Por lo tanto solo brindaremos una mirada parcial de un asunto verdaderamente complejo donde territorio, cosmovisión y cultura constituyen elementos indisociables. Empecemos señalando algo obvio, los derechos indígenas son producto de la lucha y de no ser por ella no existirían. Y esta lucha abre otra lucha, aquella que trata de garantizar el efectivo cumplimiento de la concesión que nos hizo la burguesía. La ley y su aplicabilidad, en definitiva son un proceso dinámico signado por el resultado de la lucha entre clases sociales antagónicas. A través de la historia triunfos parciales de la clase obrera, pueblos originarios y sectores oprimidos han obligado a los poderosos a reconocer una serie de derechos que en algunos casos cuestionan directamente intereses capitalistas, aunque nunca al sistema como tal.
V-
Para graficar lo flaco de la ley
- Recordemos que en febrero de 1924, para descomprimir la situación entre propietarios e indígenas, el presidente Alvear mediante un decreto “reserva para ser ocupada exclusivamente por los Indios Tobas del Norte la superficie de 150.000 has”. 3 meses después, el mismo gobierno masacraría cientos de trabajadores qom y mocovíes que se encontraban en huelga exigiendo mejores condiciones laborales y un salario digno. Hombres, mujeres, niños, todos fueron asesinados. A los varones se les cortaba el pene y las orejas para exhibirlos como trofeo y como advertencia. Si la burguesía local observó con relativa indiferencia el decreto de Alvear, no podía tolerar un sublevamiento en sus campos. Al tomar la decisión de reprimir el gobierno comprendió que no alcanzaba con hacer una “reserva de ocupación” por decreto para solucionar el complejo problema indígena. Las 150.000 has. fueron otorgadas casi 80 años después. Cabe mencionar que este título comunitario solo comprende una capa de 30 cm de profundidad del suelo. El subsuelo, y el espacio aéreo siguen siendo provinciales. Nuevos conflictos se están abriendo por las intenciones del gobierno provincial de desarrollar exploraciones petrolíferas dentro de ese territorio, por la constante explotación forestal por parte de multinacionales y por las intenciones de privatizar claros de agua pertenecientes a la comunidad.
-En abril de 1945 Argentina adhiere al documento de Patzcuaro e instituye el 19 de abril como fecha festiva, mediante el decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 7550. Desde entonces, Argentina es miembro permanente y adhiere a esta fecha reivindicatoria de los derechos de los aborígenes. 2 años después, durante el primer gobierno peronista el "Paraje Rincón Bomba", cerca de la población de Las Lomitas (Formosa) sufriría una de sus peores experiencias con las fuerzas represivas nacionales. La comunidad pilagá, estafada en un primer momento por el Patrón Costas quién les había prometido trabajo en su ingenio azucarero en Salta, y debiendo regresar a sus hogares sin trabajo, fue provocada nuevamente por donaciones de alimentos vencidos que llegaron desde nación, generando decenas de muertes por intoxicación. El gobierno, temiendo rebeliones e intentando eliminarlas de raíz, decidió rodear su campamento para luego proseguir con una masacre de más de 1000 vidas.
-Más cerca en el tiempo. En mayo de 2010 y en el marco de los festejos por el Bicentenario Cristina Kirchner recibe en la Casa Rosada a una gran cantidad de dirigentes y referentes de distintos pueblos originarios. Entre ellos se encontraba el líder de la comunidad La Primavera, Félix Díaz. El pliego de reivindicaciones llamaba a respetar y hacer efectiva la cuantiosa legislación que preserva sus derechos, y sobre todo a respetar la ley de “emergencia territorial” que frenaría los desalojos. 6 meses más tarde la policía del gobernador kirchenrista Gildo Insfrán asesina a Roberto y Mario López durante el desalojo del corte de ruta que venían realizando los qom exigiendo la devolución de su territorio. Félix Díaz se encuentra hace más de 4 meses en Buenos Aires exigiendo que la presidenta lo reciba. Además de la rotunda negativa hizo explicito su apoyo al gobernador genocida. Para la foto siempre hay espacio, pero para solucionar un problema concreto no. Hipócrita, al fin y al cabo es burguesía. Y en su afán por garantizar sucios intereses renuncian hasta su progresismo de cartón.
- La ley de Emergencia sobre Posesión y Propiedad de las Tierras Comunitarias Indígenas promulgada en 2006 generó expectativa en las comunidades ya que suspendía los desalojos para realizar una titulación de las tierras indígenas que antes hubiesen sido inscritas como particulares. Ni el gobierno nacional, ni los provinciales hicieron efectiva esta ley. Es que, en definitiva, de cumplirse la ley quedaría desenmascarado el verdadero origen de la propiedad privada de la tierra en este país. Si quisieran titularizar las tierras indígenas antes inscriptas por particulares deberían devolver la Argentina entera. Las campañas de Benjamín Victorica en el Norte y Julio A. Roca en el sur se encargaron de repartir a través del asesinato y la persecución, los territorios indígenas entre un grupo de militares y burgueses incipientes. Así se construyó esta “patria”. Tan solo José Martínez de Hoz recibió 2,5 millones de has. Como dice Proudhon, la propiedad privada es un robo. Estos ejemplos grafican el terrible cinismo de la clase dominante.
Obligada por diferentes circunstancias y por el interés de acumular capital político realiza pronunciamientos, adhiere a tratados internacionales, recibe a referentes indígenas en sus palacios de gobierno, financia organizaciones sociales afines. Ni bien sus intereses son tibiamente cuestionados reacciona y se muestra tal cual es, una vulgar delincuente y asesina. Cada una de esas leyes nacionales y supranacionales cubren de progresismo la real miseria y continuo avance que gobierno tras gobierno realizan sobre los territorios y por ende la cultura de estos indígenas preexistentes que tanto pregona nuestro libro de leyes. ¿Y qué sucede con los indígenas que deben dejar su lugar por la avanzada de la topadora sojera? Migran obviamente, convirtiéndose en mano de obra barata de un patrón que no dudará en explotar su fuerza de trabajo al máximo. Serán los peones golondrinas, aquellos que los medios han sacado a la luz en estos últimos meses sorprendiéndose por las condiciones de cuasi esclavitud a las que estaban sometidos. La noticia de todas formas les llegó tarde, y no porque ya no suceda, sino porque sucede desde tiempos inmemorables.
Ningún gobierno burgués va a satisfacer las demandas de los originarios en su conjunto. Apelará siempre a la cooptación y a la degeneración de parte de sus dirigentes y a la represión. Pero el destino de las naciones originarias está ligado a un proceso más amplio, a la lucha por el fin de la burguesía y de la explotación que sostiene. La alianza con los trabajadores es indispensable para terminar con las penurias y la miseria. Solo así los originarios verán reflorecer sus naciones, en el marco de una sociedad sin clases y sin explotación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario